Pocos
cultivos se adaptan mejor a las condiciones climáticas (clima
supramediterraneo húmedo) y edafológicas (suelos arenosos, acidos y
ricos en materia organica) existentes en las sierras de Francia,
Béjar y Valle del Ambroz, como el castaño y el nogal. Antaño
arboles esenciales en la diversificada alimentación local, y
complementarios, ya que la castaña tiene alto contenido en
carbohidratos frente a los acidos grasos insaturados de la nuez,
a todo esto hay que sumarle que sean dos maderas que, para distintos usos,
resultan de excelente calidad. Su perdida ha venido provocada por diversos factores históricos, como la
incidencia de la tinta (phytophtora ciannamomi) en el caso del
castaño o la tala indiscriminada por el altisimo precio de su
madera, en la del nogal, lo cual provocaron un retroceso importante de sus
poblaciones. A lo que hay que sumar el paulatino abandono de su
aprovechamiento y cultivo, influenciado por el marcado descenso y
envejecimiento de los habitantes de la comarca.