“Cuando hemos roto el juguete y parece que no hay salida posible, cuando las soluciones socavan aun mas el margen de accion que tenemos, cuando la soledad enfria los corazones ya que todos intuimos de un modo y otro la caida que esta por llegar, y la sombra de la desesperanza anida en nuestras miradas, en ese preciso momento es en el que mayor esperanza, espiritu de unidad y solidaridad, sentido comun y paciencia, hay que tener, porque cuando estamos dispuestos a darlo todo por perdido, es cuando de nuevo despiertan nuestros mas ancestrales instintos que nos abriran las puertas, si estamos dispuestos a seguirlos y oirlos, hacia un mañana mejor”.
Tres son las miradas
futuras que han marcado mi adolescencia y primera juventud, “1984”
“Un mundo feliz” y “Dune”, este libro convertido en
videojuego fue uno de los primeros que llego a mis manos. En el
basicamente tienes que recolectar la especia en un mundo desertico,
para alimentar todo la maquinaria de guerra en que se basa el juego,
una aproximacion muy certera a la vision expoliadora y conquistadora
que hemos tenido como especie. Esa especia es creada por unos gusanos
gigantes, que habitan bajo las arenas del desierto y ésta no son mas
que sus deyecciones. En el juego sin embargo los gusanos son enemigos
que atacan tus invasiones del desierto por especia, y los destruyes
para que te permitan recolectar. Logicamente al matarlos deja de
producirse la especia, pero como cada nivel se juega en un mapa
nuevo, esto no importa demasiado.
Este simil esconde una
realidad ancestral que consiste en la logica destructiva que
llevamos ejerciendo desde la revolucion neolitica, y que hemos ido
hiperintensificando hasta el extremo con la ultima revolucion verde.
El expoliado y el enemigo a la vez no ha sido otro elemento que la
tierra o el suelo. Esta logica del expolio y la invasion comenzó con
la utilizancion del arado, para artificializar las zonas de praderas
boscosas, de modo que pudiesen proliferar un tipo secundario de
plantas, las que producen grano (cereales y leguminosas
principalmente) esta revolucion cambio por completo en unos cuantos
miles de años, los paisajes desde el Yang Tse, pasando por el valle
del Indo, el tigris y eufrates, Nilo, Volga, Danubio hasta la zona
mediterranea de los valles del Rhone, Ebro, Tajo... Estas zonas
antaño vergeles repletos de animales salvajes, de grandes mamiferos
que alcanzaban en algunos casos los 7 metros de altura y que fueron
exterminados por el ansia de acaparacion de las sociedades cazadoras
recolectoras, que provienientes del africa subsahariana recrearon
ambientes de sabana que fueron aridificando el entorno unido a un
cambio climatico que propicio el ultimo deshielo, hoy en dia sigue
siendo una duda hasta que punto ese cambio estuvo directamente
relacionado con nuestra modificacion ecosistemica y viceversa.
Las
praderas boscosas, antaño cubiertas de vegetacion perpetua, que
alcanzaban varios metros de altura y propiciaban entornos mucho mas
frondosos y humedos que los actuales, y que estimulaban en nomadismo,
se adaptaron mediante cultivos estacionales, con altos requerimientos
hídricos y que implicaban la deforestacion, lo que estimulo el
proceso de sedentarizacion y concentracion, con manejos del suelo que
oxigenaban y mataban la vida microbiologica y que aun dando sus
frutos en forma de semillas, propiciaban la erosion y desertificacion
que en pocos milenios acabaron con la fertilidad de enormes
extensiones desde el valle del Indo, hasta el Nilo, causando la caida
de los imperios que nacieron al albor de sus riquezas naturales.
El proceso no se ha
detenido, si no que continuamos socavando la fertilidad de nuestros
suelos, pero en otras regiones. Dos datos para entender la dimension
del engaño:
-La mayor parte de la
“biomasa continental” del planeta vive en el suelo
-conocemos mejor
nuestros sistema solar, la galaxia y mas alla, que lo que sucede
debajo de nuestros pies.
-El ser humano actual,
esta cultivando con abonos quimicos eriales con niveles de materia
organica, que es lo mismo que decir vida microbiologica del suelo,
casi en 0%, o sea casi muertos.
El mayor problema que
debemos afrontar actualmente, es que gracias a la revolucion verde,
hemos acelerado el proceso de la muerte de la vida microbiologica de
nuestros suelos, hongos, bacterias, protozoos, vertebrados e
invertebrados, que mediante la aplicación de abonos quimicos,
herbicidas, insecticidas y fungicidas, estan siendo exterminados
rapidamente; no es extraño que a la sociedad actual le seduzca
cultural y socialmente hablando el institnto de muerte.
Esto supone que nuestros
suelos estan perdiendo la vida que los sustenta, porque no olvidemos,
los arboles y las plantas no tienen mecanismos para digerir los
nutrientes, la microbiologia del suelo es la encargada de ponersela a
su disposicion, al kelatar los minerales, a cambio reciben segregados
de las primeras, el suelo es otro ejemplo mas, de como la naturaleza
se establece por relaciones de apoyo mutuo. En esencia como la vida
microbiologica del suelo no tienen acceso al elmento de la vida, el
carbono, las plantas han desarrollado mecanismos para ponerlas a su
disposicion, esos mismos mecanismos que bloqueamos de mil formas,
quemando, arando, sin manejo racional del pastoreo, con lo que
estamos liberando el elemento de la vida, el carbono, en masa a la
atmosfera y con el cual estamos acelerando millones de veces, un
proceso de calientamiento global pero tambien de desertificacion,
erosion, y muerte de la fertilidad del suelo y en definitiva de la
vida en el planeta.
Vamos camino de ser la
especie mas necia de la historia, no sabemos, ni entendemos, ni
agradecemos, que gracias a la microbiologia, hoy tenemos
combustibles fosiles. Estas formas de vida microscopica son uno de
los mayores recolecteros de carbono del planeta (los oceanos son otro
tema a parte), y lo transforman para crear el “Complejo arcillo
humico” que seria el equivalente a la “especia” de Dune. Este
complejo arcillo humico es una construccion compleja, de agregados de
tamaño microscopico, que como ladrillos de la Naturaleza estructuran
el suelo permitiendo la formacion de capilaridad o bolsas minusculas
de aire (no hace falta arar para oxigenar el suelo), le dan vida al
facilitar el establecimiento de aun mas microflora y micrfauna,
retienen los nutrientes, absorben una cantidad enorme de agua por cm3
(permitiendo los manejos en secano, hoy en absoluto declive) y dan la
fertilidad al suelo, ese color oscuro cremoso, permitiendo que las
plantas y arboles crezcan mas y mejor. Sin Humus no hay vida, ni
agricultura ni ganaderia, es mas no hay ser humano.
La nueva agricultura se
llama: agroecologia, agricultura y ganaderia regenerativa,
silvicultura, cultivo agroforestal, agrosilvopastoril, permacultura,
en definitiva muchos nombres para sintetizar lo mismo, volver a
unirnos al instinto de vida y reintegrar el carbono y aumentar la
fertilidad del suelo, y cultivar frutos comestibles para nosotr@s
y para la fauna auxiliar, lo cual significa, no quemar, no arar y no
dejar desprotegido el suelo de vegetacion y de diversificar pastos,
arboleda y cultivos, todo lo mas que se pueda dentro de unos limites
practicos y eficientes claro, en definitiva de hacer lo que
deberiamos hacer con nosotr@s mism@s,
enriquecernos cultivando muchas facetas y superando el
constreñimiento concentrador e hiperespecializador que empuja a
nuestra civilizacion hiperfragil, hiperdesarrollado e hipertrofiada a
la vez, por ello decadente y en fase indudable de colapso multiple.
Sin duda, estamos ante
el fin de una mente cortoplacista, de mercantilizacion de todo,
desconectada del territorio, una mente alienada como el del hombre y
mujer actuales, y frente a la ultima oportunidad de cambiar la vision
de expolio y sometimient, junt@s podemos
evitar este colapso civilizatorio y transformarlo en la oportunidad
para cambiarnos de paso a nosotr@s.
No nos dejemos llevar
por el miedo al futuro, es un momento de maravillosas oportunidades,
de reconstruccion vital y colectiva, centrarse en construir un dia a
dia un poquito mejor, es fuente inagotable de vida, no olvidemos que
esta transformacion no solo debe ocurrir en el suelo, si no tambien
en el interior de nuestras vidas.